El casco antiguo [¿éramos ángeles?]

El casco antiguo [¿éramos ángeles?] En ese momento, desde la Ciudad Vieja, todos los días, el príncipe que era un ángel de arcilla, o ángel negro, estaba lloviendo y su madre, la Reina, lo encadenaba todo el tiempo, porque a la Reina Madre no le gustaban los días. verano soleado Para que volvieran los días calurosos, era necesario que el príncipe fue liberado de las cadenas. En ese momento, Acyr le enseñó las artes de la magia y el amor en su cuerpo fornido y rasgos latinos, cuando el ángel de arcilla y efebo necesitaba aprender lo que la Reina Madre quería que el príncipe supiera. Entre las deliciosas mañanas de la enseñanza de Acyr y las noches en que Acyr le enseñó al príncipe a ser un hombre en la cama con él: Consejero y Merlín, aprendió y creció como mago, y se volvió sexualmente activo y varonil. Un día, cuando se olvidaron las cadenas, el príncipe y el arcángel volaron al lugar que solo había conocido en sus sueños: una ciudad donde se mezclaban talentos artísticos y profanos. Fue entonces cuando conoció a Stefan, el amor de su vida: un Arcángel que le enseñó el placer del sexo, pero también el amor. Aunque eran libres, vivían en una cueva. Un lugar inhóspito que los ángeles apasionados llamaron hogar. Cuando, un día, Stefan se fue y se quedó más tiempo, la Reina Madre finalmente encontró el lugar secreto y el refugio donde vivían los arcángeles. Enloquecida, cegó al príncipe arcángel de arcilla, pero en este momento llegó Stefan y mató a la reina. Con sangre real, curó los ojos de su amante, arrancando la cabeza de la Reina Madre. Para que no los descubrieran, huyeron lejos en un lugar donde podían vivir el amor libremente para siempre y, con cada encarnación, prometieron reunirse nuevamente para siempre. ¡Y son felices por toda la eternidad! Namaste Sean bendecidos, De Brasil al mundo, [paulo césar ebbano moreira]